Tres poemas de William Jiménez



Poeta nacido en Valledupar (Colombia) en 1.988. Ha publicado en la Antología Yuluka-Poetas de Valledupar (Colección Los Conjurados, Común Presencia Editores, Bogotá 2010) y el libro de poemas épica de la sangre (Frailejon Editores, Medellín, 2013). Mantiene inéditos dos libros de poemas, los siguientes son del titulado Arboleda Sísmica

LA CANTADA PREGUNTA

Líquenes en los bordes de la respiración nombran el resistir. Desvistiendo la desnudez de la arboleda. La fatiga no nos alcanza, la diferencia poblará lo intempestivo de nuestra pregunta, y así no podrán desaparecernos porque no albergamos ningún comercio con nuestras cicatrices, con nuestras gotas.
Lo pasivo y la inquietud pronuncian la sed. Somos lo móvil, metáfora invulnerable, que viene en futuro, en la cantada pregunta.


EL CANDIL INICIADO

El candil inicia la pregunta por los párpados  ¡amado aforismo! Todo comienzo del alcohol es un desfile que perturba a los oropeles. No es sólo la opacidad que parte hacia la opacidad. Es el candil iniciado por el asombro en la ensoñación. ¿Qué hacemos con las respuestas apagadas? ¿En que instantes encenderemos las huellas? ¿Qué mecha encuentra su ceniza en la llaga? Estancia embriagada,  la creación trae órganos despiertos. Todas las desapariciones son alumbradas por la arcilla.


EL DERROCAMIENTO DE TODA FRONTERA VIOLENTA

No somos el lugar de ocultaciones, oramos en el deseo, en lo dadivoso del podrir, es allí donde buscamos la tinta relámpago, el derrocamiento de toda frontera violenta.
Siempre en el orgasmo que nos ofrenda la imaginación, instancia rebelde de todas las compañías.